Personajes reales Mursiyya: los de la hoja de parra y Abu Samaj
Voy a publicar una serie de artículos sobre algunos personajes reales de la novela ambientada en el siglo de la fundación de Murcia «Mursiyya, el talismán del Yemení» (ediciones Dokusou). Se trata de personajes que realmente existieron en el período en el que se ambienta esta obra. Con ello pretendemos, sin caer en el spoiler (por eso tampoco vamos a detallar demasiado, quien desee más información puede ampliarla por su cuenta en Internet), enriquecer la experiencia de los lectores facilitando la identificación de estos.
Esta es la primera entrada de «Personajes reales» y quiero empezar con dos que ya aparecen en el primer capítulo, y con el jefe de uno de ellos. Lo acompaño con ilustraciones cortesía de Francisco Miñano Pellicer.
Los de la hoja de parra y Murcia
Los dos personajes de los que voy a hablar ahora se mueven entre la realidad y la leyenda. Se trata de dos individuos que, supuestamente, vivieron en el siglo IX d.C. en la misteriosa ciudad de Iyyuh (perteneciente a la cora o provincia de Tudmir, según el homónimo pacto) y a los que se atribuye el protagonismo de un hecho que podría haber desencadenado la guerra civil que obligaría, años más tarde, a fundar la ciudad de Murcia.
He leído varias versiones de la leyenda de la hoja de parra y aunque algunas de ellas son contradictorias, voy a explicar brevemente la más extendida.
Enemistad en Mursiya / Murcia entre yemeníes y mudaríes
Según la tradición, pocos años antes de la fundación de Mursiyya / Mursiya / Murcia (para ser más exactos, al poco de ser nombrado emir Abderramán II) un miembro de la tribu de los mudaríes se encontró a un miembro del clan de los yemeníes en su huerto. Estos dos linajes estaban enemistados entre sí, por lo que al mudarí no debió de hacerle mucha gracia encontrarse a un yemení en su propiedad. Para colmo, lo sorprendió arrancando una hoja de su parral para tapar un cántaro de agua, lo que ofendió hondamente al dueño de aquella plantación, por lo que se inició una acalorada discusión.
«Se inició entonces un forcejeo entre ambos vecinos, en el que el Mudarí intentaba volcar el contenido del cántaro del Yemení mientras este oponía toda la resistencia de la que era capaz» (Mursiyya – El talismán del Yemení, p.27).
El resultado de aquella pelea fue, según la mayoría de las versiones de esta historia/leyenda, la muerte violenta del Yemení. Y aquí entra en juego nuestro siguiente personaje real.
Abu Samaj
Abu Samaj es un personaje muy importante en la novela «Mursiyya, el talismán del Yemení» ya que se trata del jefe de los Yemeníes de la zona y su existencia está históricamente documentada. Además juega un papel fundamental en la trama de la novela, sobre todo en la primera de las tres partes en las que esta se divide.
«-Abu Samaj, valiente chiflado… -murmuró Yusef» (Mursiyya – El talismán del Yemení, p. 33).
Si bien quiero evitar desvelar información que pueda perjudicar el disfrute de la lectura de esta obra, creo que puedo adelantar aquí que el mencionado jefe Yemení sería (desde un punto de vista histórico) uno de los instigadores de la guerra civil que azotó el territorio de Tudmir en los años veinte de su siglo. Así que, sí, podemos echarle a este hombre buena parte de la culpa de la fundación de Murcia.
«Quedamos derrengados mi hermano y yo observando cómo (…) comenzaban a alejarse todos en dirección a Iyyuh. Abu Samaj (…) encabezaba la comitiva, flanqueado por dos de sus guerreros. Les seguían, transportando el cuerpo del difunto en alto, las esposas y allegados del mismo. Cerraban el desfile el resto de soldados Yemeníes y, junto a ellos, atado a uno de los caballos, mi honorable padre, que caminaba altivo, orgulloso, henchido el pecho…» (Mursiyya – El talismán del Yemení, p. 35).
Sobre su final hay varias teorías, de las cuales he escogido una de ellas. El lector la descubrirá al leer la obra.
Y esto es todo por ahora. Muy pronto os contaré más de otros personajes reales de «Mursiyya; el talismán del Yemení».