El drogadicto

Voy de madrugada al discopub del Paco a pillar coca. Hay peña de todo tipo. En la barra, un colgao gafitas y modernito, con camisa hawaiana y patillas al estilo El Lute espelufao, se abronca con el Paco. El Paco está empeñao en no ponerle más copas. Con las ganas que tengo de pillar y el Paco entretenío en esas tontás. Después de lo que me vende a mí y a otros, ¿qué más le dará al Paco lo que se  meta el chaval? Claro, normal, al final el colgao de los huevos se cabrea mazo, rompe un vaso y amenaza al Paco con los cristales que, por cierto, están clavados en su propia mano. Enseguida vienen los gorilas, agarran al tío y lo sacan a ostias del local, tal y como hicieran conmigo hace unos meses, cuando el Paco se quedó sin mercancía y pillé un mosqueo del copón. Bueno, lo importante es que se lo han llevao y ya puedo pillar unos gramos con lo que he sacao del bolso de la vieja esa que he escalabrao en la Gran Vía.

Al día siguiente, no sé a qué hora me despierto en un banco del metro de Callao, abrazao al colgao de ayer. ¡Menudo cuelgue llevamos, tío! Aunque con la juerga que nos corrimos después de encontrármelo al salir del pub con la coca, no me extraña que ahora no se despierte el tío. En el suelo, nuestros zapatos perfuman el andén con un fuerte olor parecido al del queso gorgónzola. ¡Qué hambre me está dando, madre mía! Como tengo los pies helados le quito los calcetines al colgao, aunque están agujereados como un queso de gruyere y se me asoman los dedos gordos que parecen fingers de queso del Burger. ¡Joder, qué hambre! La peña del andén, por su parte, procura mantener las distancias y murmuran sobre nosotros por lo bajini. Panda de colgaos envidiosos que no saben pegarse una fiesta en condiciones…

Relato perteneciente a mi proyecto: Ejercicios de estilo.

Resto de ejercicios pinchando aquí.

El bebé Informe policial Teatral Zombie Concatenación Gerundios