Trucos de ortografía no sólo para escritores: oraciones impersonales y el plural
Hace poco empecé una sección con trucos de ortografía y gramática que afectan a lo escrito y, muchas veces, también a lo oral. Hablábamos entonces del uso del verbo haber en plural, permitido cuando actúa como auxiliar, pero prohibidísimo cuando es impersonal. Recordad el ejemplo: «Habrá diez jodidos camiones bloqueando la puñetera autopista». Os adelantaba en aquella entrada que muchas de estas, como la de entonces y la de hoy, también llevan o llevarán consejos útiles al hablar, por eso lo de «no sólo para escritores» en el título. ¡Ah! Y sí, sé que la RAE dice que sólo, cuando se usa como adverbio, se escribe ahora sin tilde, pero me temo que últimamente no estoy de acuerdo en todo con dicha institución y, ya sabéis, a veces las normas también están para saltárselas, incluso en los títulos. Y ahora, a lo que veníamos:
Como en dicho artículo me dejé en el tintero algunas consideraciones respecto al uso de plurales en oraciones impersonales, hoy tocaba rematar la tarea y añadir, de paso, cómo se utiliza el número con las pasivas (es que venía al caso). Nos metemos ya en el ajo, que hoy hay que darle duro al mortero:
SEGUIMOS CON LAS ORACIONES IMPERSONALES
Se suele cometer el error de pluralizar el verbo en estructuras de este tipo:
«Se + Verbo + a (preposición) + complemento directo de persona»
Puesto que el sujeto nunca puede llevar al inicio la preposición «a» (ni otras, porque entonces deja de ser un sujeto) el susodicho complemento no puede actuar como tal sujeto (valga la redundancia). La oración es, por tanto, impersonal en semejantes casos y, tal como vimos en la anterior entrada ortográfica, el verbo tiene que declinarse en singular siempre. Algunos ejemplos:
«Y se mató a los que se mató, y se esparció en el viento el furor de lo que quedaba» (Las mil y una noches, Anónimo). No diríamos, ni mucho menos escribiríamos, que se mataron a los que se mataron/mató.
«Pero Sr. Calomarde, ¿me quiere usted decir cómo se persigue a los liberales, a los comuneros, a los milicianos, a los compradores de bienes nacionales, a los clérigos secularizados, a toda la canalla, en fin?» (El terror de 1824, Benito Pérez Galdós). Tampoco preguntaríamos, en un caso como este, cómo se persiguen a los liberales y al resto de significados (me temo que en 1824 no se usaba este término en el sentido en el que yo lo uso ahora).
Esta la considero muy importante, porque he visto muchos casos. Enseguida os cuento algunos:
«En una de las estaciones importantes, nuevamente se recibió a los que iban a la guerra con canciones y gritos de entusiasmo, nuevamente aparecieron postulantes de ambos sexos y señoras provincianas con ramos de flores acompañando a los voluntarios a la fonda de la estación.» (Ana Karenina, León Tolstoi). Tolstoi lo clava, pero como ya adelantaba, el mal uso del «se recibieron» está muy extendido. Lo explico a continuación:
A veces oímos o leemos en las noticias, por poner solo un ejemplo, que «se recibieron a los Reyes Magos» (no hay más que hacer una búsqueda en Google, yo no voy a dar nombres de perpetradores, pues soy el primero que comete o perpetra errores, puesto que errare humanum est), lo que, según esta misma regla que hoy discutimos es incorrecto. Ahora bien, podemos decir perfectamente que «Los vecinos recibieron con alegría a los Reyes Magos», puesto que esa frase no es impersonal y el sujeto (Los vecinos) es plural, tal y como también sucede en esta oración del genial Pío Baroja, incluida en Zalacaín el aventurero: «Rosita y su madre recibieron a Martín con grandes muestras de amistad.» Si Rosita hubiera estado sola, el señor Baroja debería haber escrito que Rosita recibió a Martín con grandes muestras de amistad, y claro, a saber qué hubiera ocurrido después con tanta confianza y los dos solos y tan amiguitos…
Bromas aparte, ahí van otros ejemplos correctos:
«Se busca a dos jóvenes desaparecidos en la provincia de…».
«Se tendrá en cuenta a los decanos de la Universidad de…». (También son ganas, añado).
«Se sacrificará en ceremonia pública y multitudinaria a los que, después de leer este artículo, sigan cayendo en este garrafal error. Para ello hemos conservado los datos de su IP de Internet y rastrearemos su futura actividad.» Esta frase casi podría ser de 1984 (George Orwell), pero me temo que esta vez es mía (salvando las distancias con el gran Orwell, al que no me acerco ni de lejos). Obviamente, se trata de una pequeña broma que hago para restarle importancia al asunto y no obsesionarnos demasiado. (Pero sí, sabemos cómo localizarle y leeremos todo lo que escriba a partir de ahora, así que, qué demonios, hágalo bien de una puñetera vez, si es que no lo hacía ya). 😉 😛
Por supuesto, si el sujeto estuviera incluido en la oración, ya no sería impersonal y habría que conjugar el número verbal con el sujeto. En la oración «De hecho, el Pendenciero, que de sobra conocía el apodo con el que se referían a él muchos de sus compañeros de profesión, (…).» (El secreto de Zalamea, Sergio Reyes) «muchos de sus compañeros de profesión» son el sujeto, son quienes se refieren al Pendenciero y, por tanto, el verbo se expresa en plural en esta subordinada de relativo.
CUANDO PODEMOS OPTAR POR LA PASIVA REFLEJA…
Hay verbos (no todos) que permiten optar entre usar la preposición «a» o no antes del complemento u objeto directo. Dos posibilidades, por tanto. 1) En caso de usar la forma sin preposición, tendremos una estructura de tipo pasivo, en la que sí usaremos el verbo en plural. 2) Si utilizamos la preposición, entonces nos atenemos a lo dicho anteriormente y lo declinaremos en singular.
«Sin saberse cómo ni por qué, el señor de Boina era ya un personaje político a tiempo que se eligieron las Constituyentes de la revolución.» («Morrión y Boina», Cuentos de Marineda, Emilia Pardo Bazán). Perfectamente, doña Emilia podría haber escrito que se eligió a las Constituyentes de la revolución, pues este es uno de esos verbos que permiten utilizar la preposición «a» a gusto y elección del consumidor.
Otro, también correcto:
«Aquellos días hubo en casa una reunión magna de la Sociedad para socorro de los inválidos de la industria, y se nombraron no sé cuántas comisiones y subcomisiones, las cuales eligieron sus respectivas ponencias para emitir pronto y luminoso dictamen sobre los gravísimos puntos de doctrina y aplicación que se habían de tratar.» (El amigo Manso, Benito Pérez Galdós).
Esto sucede también en verbos como «contratar», «elegir» o «preferir», entre otros.
Y CUANDO ES PASIVA REFLEJA EN TODO CASO…
En cualquier caso, si los verbos van en pasiva refleja, sin la preposición «a» que los convierte en impersonal (tanto porque no puedan llevarla como porque puedan pero optemos por no ponerla), tendremos que concordar con el número (singular o plural) del elemento nominal sobre el que recae la acción, sea persona o no. Ejemplos:
«Tiene asimismo cuatro fuertes serrallos para las riquezas y mercaderías de propios y extranjeras, una calle mayor famosa, hasta la puerta de Andrinópoli, con la plaza en que se venden los cautivos cristianos, como en España los mercados de las bestias, y con mayor miseria.» (La desdicha por la honra, Lope de Vega).
«Champmathieu negaba, pero se hacen indagaciones, y al final se descubre que Champmathieu hace unos treinta años fue podador en Faverolles.» (Los miserables, Víctor Hugo).
«Ella llegará, según dice, cuatro o cinco días después de haber recibido el dinero; se necesitan cuatro o cinco días para que el dinero llegue, cuatro o cinco para que ella vuelva, lo cual hacen diez días;» (Los tres mosqueteros, Alejandro Dumas).
Y un ejemplo en singular, de la misma novela:
«(…) Para ir a Inglaterra —Athos bajó la voz—, hay que atravesar toda Francia, sembrada de espías y de criaturas del cardenal; se necesita un pase para embarcarse; hay que saber inglés para preguntar el camino a Londres.» (Los tres mosqueteros, Alejandro Dumas).
En resumen, se suelen poner en concordancia de número (singular o plural) EXCEPTO cuando estamos ante una estructura como esta: «Se + Verbo + a (preposición) + complemento directo de persona», en cuyo caso irá en singular.
Espero haberos aclarado un poco los usos de singulares y plurales en este tipo de verbos. De todos modos, tenéis la explicación oficial de la RAE pinchando aquí. Y si tenéis dudas de en qué verbos se puede usar o no la preposición «a», tal vez esto os pueda ayudar.
Hasta la próxima y… recordad que os vigilamos. 😉 😛
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Super interesante, espero que sigas publicando más.
Muchas gracias Maydelline, lleva mucho trabajo intentar hacer algo propio y diferente a lo que encuentro por ahí, así que me alegro de que lo encuentres útil e interesante. Mi intención es seguir en la línea, a ver si saco tiempo. Saludos.
Estoy de acuerdo con Maydelline
Ojala puedas sacar tiempo porque hace tiempo que no sacas nuevos consejos de ortografia
Hola, Laura. Gracias por comentar. Intentaré sacar tiempo como decís, pero es complicado. Este tipo de entradas requiere mucho trabajo para que sean originales y diferentes a lo que suele haber por ahí y sin copiar y pegar de otros. En cualquier caso, gracias por vuestro apoyo. Saludos