Al igual que hiciera Raymond Queneau con sus ejercicios de estilo, hace unos setenta años aproximadamente, pretendo desarrollar aquí una experiencia similar a la suya, pero no idéntica, por supuesto. Y ni mucho menos a su nivel de genialidad ―ojalá, ojalá―.
Hace años que tengo ganas de embarcarme en algo así, y creo que ha llegado el momento. Así que, como él hiciera, voy a plantear en esta página de presentación del proyecto una situación inicial en la que basar cada ejercicio de estilo, cada punto de vista, cada propuesta del tema.
Situación
Ahí va la situación que planteo:
«Entro en un bar de copas pasada la medianoche. Hay mucha gente de todo tipo. En la barra, un tío con gafas de pasta, camisa de flores y patillas algo difusas, discute con el camarero. Este, dado el estado de embriaguez de aquel, se niega a servirle más bebidas alcohólicas y el borracho rompe un vaso contra el mostrador, por lo que es expulsado del local por los controladores de acceso del mismo.
Al día siguiente, temprano, cuando espero el metro en Callao para ir a trabajar, veo al mismo tipo durmiendo en un banco del andén. En el suelo sus zapatos y en sus pies unos calcetines agujereados por los que asoman ambos dedos gordos. Los demás procuran mantenerse alejados del tipo y murmuran sobre él».
Pues nada, a partir de aquí, me pongo a trabajar. Poco a poco iré creando variaciones de esta historia para practicar diferentes estilos y voces.
PARA LEER LAS OBRAS SURGIDAS DE ESTOS EJERCICIOS DE ESTILO
En los próximos días iréis viendo las variantes que vaya publicando, etiquetados como Ejercicios de estilo PINCHANDO AQUÍ. Espero que paséis un buen rato leyéndolos y, por qué no, que os animéis a hacer vuestros propios ejercicios de estilo.
Hasta la próxima.