En defensa propia – Mary Higgins Clark
En defensa propia
Mary Higgins Clark
En su novela negra «En defensa propia» Mary Higgins Clark nos presenta una rocambolesca historia en la que la protagonista, viuda y casada en segundas nupcias con un abogado millonario, recibe como regalo de su marido una magnífica casa por su cumpleaños. El regalo se le atraganta en cuanto Celia, nombre adoptado por la protagonista para proteger su identidad tras ser absuelta en su niñez en un juicio por asesinato, reconoce aquella vivienda como la de su niñez, cuando aún se llamaba Liza Barton. Efectivamente, cuando tenía unos diez años, su madre murió de un disparo accidental efectuado por ella y su padrastro resultó herido también por ella. Aunque fue declarada inocente, se traslada a la otra punta del país con unos familiares lejanos y se cambia de nombre.
Celia trata de mantener oculto su dramático pasado a su hijo y a su marido Alex, tal y como había prometido a su primer marido en el lecho de muerte de aquel, pero la situación se complica al mudarse a aquella casa y empezar a suceder extraños sucesos. Al tratarse de una casa considerada maldita por los vecinos del pueblo (Mendham, Nueva Jersey) los actos de vandalismo contra la misma hacen temer a la protagonista que su esposo y su pequeño o alguien del vecindario, la reconozcan. La tensión y el suspense crecen según avanza la trama con la presencia de vecinos y policías que la conocieron de niña y que podrían identificarla en cualquier momento.
El mundo inmobiliario aparece presente en esta obra a través, entre otros, de la figura de la vendedora y juega un papel fundamental, ya que la legislación del Estado de Nueva Jersey obliga a informar al posible comprador sobre el pasado problemático de cualquier vivienda que se pretenda vender. El descubrimiento de la existencia de esta ley fue una de las chispas que encendió la bombilla de la autora para escribir esta novela.
El recurso a Lizzie Borden, un caso real famoso e inserto en la mente colectiva de los Estados Unidos y que fonéticamente suena muy similar al nombre que Celia tenía de niña, Liza Barton, trata de aprovechar la permanencia de esta figura en el fólklore norteaméricano para hacer más creíble la trama, ya que se trata de un asesinato y un proceso judicial muy similar al que inspira esta novela.
Otro recurso con el que le gusta jugar en muchas de sus novelas a la Higgins Clark es el de la hípica y los caballos, que juegan un papel fundamental en la trama que elabora en las páginas de esta obra.
El personaje principal, Celia, anteriormente Liza Barton, alias «Pequeña Lizzie Borden», está muy bien planteado y desarrollado en ambas vertientes (su historia de niña y la de adulta), y sus miedos, sus traumas, sus recuerdos pasan a formar parte del lector. No faltan en la trama la periodista entrometida, ni la vecina cotilla, ni el padrastro al que casi mata a disparos siendo niña, que también tienen sus motivaciones lógicas, bien ideadas y resueltas con oficio.
Género: Novela negra, suspense, misterio
Traducción: Encarna Quijada Vargas