Otra portada de Candela

Candela de Juan del Val

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Candela

Juan del Val

RESEÑA

«Parece que la vida empieza sólo el día que nacemos, pero no es verdad. De vez en cuando todo empieza de nuevo»

Leí Candela de Juan del Val a raíz de mi participación en un club de lectura. He de decir que es una novela que me gustó y que pasará a mi memoria como la novela de la hija de la tuerta. Enseguida sabréis por qué.

Portada de Candela de Juan del Val

Candela  de Juan del Val, premiada

Ganadora del Premio primavera de novela de la editorial Espasa, Candela se convierte en una lectura amena y entretenida, sin mayores pretensiones que las de hacerte pasar un buen rato. Es una novela coral con epicentro en un bar. En ella abundan los personajes variopintos hasta el punto de que incluso la perrita de la dueña tiene su lugar en la trama. Veámosla en el siguiente extracto:

«Recuerdo cuando me la quedé, apenas tenía dos meses. Chelo es hija de la perra de la frutera que abastece a El Cancerbero. Su perra había parido y ella no sabía qué hacer con los cachorros, así que iba ofreciéndoselos a cualquiera que se la cruzaba. Una de ellas fui yo, quewp-1602521002660.gif pensé que sería una buena idea que una perra se viniera a vivir conmigo a la casa que me acababa de comprar. Cuando la frutera me enseñó a las crías, cogí una al azar de las cuatro que había en un canasto de tela, ni siquiera sabía si era macho o hembra, pero una vez que la tuve en las manos ya no podía
volverme atrás. Al comprobar su sexo me hizo ilusión que fuera hembra y decidí llamarla Chispa, pero cuando se lo conté a mi madre me dijo que ése era nombre de perra cursi. En ese momento tomé la decisión absurda de ponerle el nombre de la frutera, algo que a ella naturalmente no terminó de gustarle. Yo le expliqué que le había puesto Chelo por el instrumento musical al que era muy aficionada, pero estoy segura de que no me creyó.»

Foto de Juan del Val, por Carlos López Álvarez

Argumento

Como digo, alrededor del negocio familiar de Candela, un bar llamado El Cancerbero, van circulando una pléyade de personajes en cierto modo estrambóticos —hay un camarero que se pasa media novela haciendo el pino por entre los clientes del local— y llamativos —pero no por ello menos reales— que despertarán la curiosidad del lector empujándolo a leer más y más hasta el final. Contado en primera persona y en tiempo presente, la protagonista —Candela, como no podía ser de otra forma—, una mujer que tiene estrías, celulitis y una perra fea llamada —esto ya lo sabéis— Chelo, nos cuenta su vida y asistimos a la transformación que le da a la misma cuando decide probar cosas nuevas, hacer cosas diferentes a las que había hecho hasta ahora y que tan mal le habían funcionado.

«Lo peor de no ser celosa es no haber tenido demasiadas oportunidades para serlo. Hay personas que dicen que lo son o no lo son con absoluta seguridad, pero yo no lo tengo claro. Es posible que nadie me haya gustado lo suficiente como para importarme que se interesara por otra, o quizás en muchos momentos de mi vida me he sentido tan inferior que lo he considerado normal.»

Características

Con un toque de humor a veces sarcástico —y aún diría ácido— Juan del Val nos va arrancando sonrisas e, incluso, alguna que otra risa. Todo esto lo hace a lo largo de wp-1602521002621.gifuna historia, la de Candela y quienes la rodean que si no fuera por la magia de la pluma del autor no sería, precisamente, la más alegre del mundo. Sin embargo, toda la retahíla de desdichas que habían acompañado a la hija de la tuerta a lo largo de su vida y a las que trata de darle vueltas en estas páginas, se convierte en una amena y, en algunos momentos, desternillante lectura de la que el lector no puede despegarse, pues va descubriendo, poco a poco, el retrato de una mujer única en clave positiva. Un relato vital y emotivo que te hará reflexionar. Un libro en el que como lector te enfrentarás a situaciones muy duras a las que los personajes plantan cara con determinación. Una narrativa ligera que, sin ser pretenciosa ni espectacular, te conmoverá y te mantendrá pegado al sofá o a la silleta de la playa.

«Mi madre es tuerta y lleva un parche como los piratas. A mí me resulta normal porque se lo he visto desde niña, pero tener una madre con un parche en el ojo no te deja más identidad que ser la hija de la tuerta. Tiene un ojo de cristal, y la verdad es que tampoco se le nota tanto, pero ella siempre ha querido llevar el parche para hacer más evidente su lesión.»

Portada de Candela

En resumen, Candela de Juan del Val es un libro que me consta que para algunos lectores era el primero que leían de este autor y que, después de leerlo, se han animado a leer otros suyos —ya dije que lo leí a través de mi participación en un club de lectura—. No pasará a formar parte del canon de la literatura occidental pero se lee con sumo placer. Recomendable.

Ficha técnica:

Editorial: Espasa

ISBN: 978-84-67054-23-1

Formato: Papel

Género: Narrativa con un toque de humor.

Traducción: No procede

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