10 frases del premio nobel Camilo José Cela
Camilo José Cela nació en el término coruñés de Padrón. Quizás por eso sus frases, dimes y diretes son así, que unos pican y otros no. Sea como fuere, y porque quizás no se gana nada sin enemigos a los que batir, su literatura no dejaba indiferente a nadie y esto le valió, entre otros reconocimientos, el Premio nobel de literatura en su día. Creador del tremendismo (estilo literario) y practicante de la experimentación, se ganó el calificativo de «rompedor». Viajero incansable, se centró en recorrer la piel de toro que es nuestra España y, atención, también actuó en películas. ¡No solo escribía, sino que también era un buen actor!
Todo un personaje del que vamos a disfrutar a continuación, pues aquí recojo algunas de sus frases, concretamente mis diez favoritas. Ahí van:
1.- El humor es la gran coraza con la que uno se defiende en este valle de lágrimas.
2.- No es lo mismo estar dormido que estar durmiendo, como no es lo mismo estar jodido que estar jodiendo.
3.- Hay dos clases de hombres: quienes hacen la historia y quienes la padecen.
4.- La Historia nos enseña dos cosas: que jamás los poderosos coincidieron con los mejores, y que jamás la política fue tejida por los políticos.
5.- Es grave confundir la anestesia con la esperanza.
6.- Si el escritor no se siente capaz de dejarse morir de hambre, debe cambiar de oficio. La verdad del escritor no coincide con la verdad de quienes reparten el oro.
7.- En ocasiones pienso que el premio de quienes escribimos duerme, tímido y virginal, en el confuso corazón del lector más lejano.
8.- Lo malo de los que se creen en posesión de la verdad es que cuando tienen que demostrarlo no aciertan ni una.
9.- La muerte es de una vulgaridad absoluta; todos los nacidos terminan pasando por ella.
10.- La muerte es dulce; pero su antesala, cruel.
Expresiones de la sabiduría de Cela a la que podríamos añadir la dedicatoria que ponía en alguno de sus libros: «A mis enemigos que tanto me han ayudado en mi carrera» (no íbamos desencaminados al decir, más arriba, que sin enemigos que batir pocas cosas se pueden ganar).
Y eso es todo por hoy. Hasta la próxima.