Siete cuentos misóginos – Patricia Highsmith
Siete cuentos misóginos
Patricia Highsmith
RESEÑA
¿Qué podría deciros de la Highsmith que no sepáis ya? Escritora morbosa y una grande del género negro. Escribió desde muy joven y le fascinaban temáticas como la humana tendencia a mentir, la culpa en todos sus aspectos y, por supuesto, los crímenes. Pero no solo escribía novelas (que es lo que la mayoría de la gente conoce mejor de ella). También tiene libros de relatos. Uno de ellos se titula «Pequeños cuentos misóginos» y fue publicado por Alianza editorial en su día, aunque lo podéis encontrar, por ejemplo, en Anagrama. De dicha obra surgiría «Siete cuentos misóginos», del modo en que os lo voy a contar ahora: Quizás los lectores más jóvenes no conozcan la colección de libros bautizada como «Alianza cien«, pero muchos otros sí la recordarán, y hasta tendrán diversos títulos de la misma en sus casas. Con dicha denominación (Alianza cien), Alianza editorial sacó en los años noventa del siglo XX una serie de libros en formato de muy pocas páginas y por el módico precio de cien pesetas (unos 60 céntimos de euro, si no me fallan los cálculos) con novelas muy cortas o relatos, poemas y antologías. Entre ellos este «Siete cuentos misóginos». De la susodicha colección me compré muchos ejemplares y, hace poco, ordenando mi casa y trastero, se cayó al suelo este que voy a reseñar ahora. Esa caída era, sin duda, una señal, un aviso para que lo leyera o releyera (tengo tan mala memoria que algunos libros no recuerdo si los he leído o no; después, ante la duda, los leo y en plena lectura voy recordando que sí los leí) y, la verdad, he disfrutado tanto con su (re)lectura que no he podido evitar sentarme en el ordenador y reseñarlo.
Los relatos de la Highsmith seleccionados para esta edición de «Alianza Cien» fueron los siguientes: «La bailarina», «La prostituta autorizada o la esposa», «La paridora», «La perfecta señorita», «La ñoña», «La víctima» y «La perfeccionista». Con semejante batiburrillo Alianza editorial obtuvo un producto literario muy ameno y entretenido, en la línea morbosa, negra y misteriosa de la autora. Como ejemplo, la siguiente cita es el primer párrafo de uno de estos relatos y, yo no sé a vosotros, pero a mí este inicio ya me pareció, de alguna forma, especialmente terrorífico. Y sin ánimo de destripar nada, os aseguro que, fiel a su estilo, en ese mismo cuento no faltará algo de sangre. Ahí tenéis ese comienzo, ese incipit maravilloso:
«Theodora, o Thea como la llamaban, era la perfecta señorita desde que nació. Lo decían todos los que la habían visto desde los primeros meses de su vida, cuando la llevaban en un cochecito forrado de raso blanco. Dormía cuando debía dormir. Al despertar, sonreía a los extraños. Casi nunca mojaba los pañales. Fue facilísimo enseñarle las buenas costumbres higiénicas y aprendió a hablar extraordinariamente pronto. A continuación, aprendió a leer cuando apenas tenía dos años. Y siempre hizo gala de buenos modales. A los tres años empezó a hacer reverencias al ser presentada a la gente. Se lo enseñó su madre, naturalmente, pero Thea se desenvolvía en la etiqueta como un pato en el agua.»
Buenas metáforas y un lenguaje sencillo, sin tapujos, con el que nos irá describiendo diversas vidas de mujeres variadas. Relatos que se leen en pocos minutos, adaptados al ritmo de vida actual en que la prisa, a veces, no nos deja tiempo ni para disfrutar de la buena lectura. Aquí tenemos, por tanto, una buena solución. A continuación, otro párrafo (este no es el de inicio) de otro de los relatos aquí contenidos. Una auténtica gozada literaria, fijaros qué estilo:
«Sarah no perdió el tiempo. Primero fue el hombre del contador del gas, como ejercicio de precalentamiento; luego, el limpiaventanas, cuyo trabajo le llevaba un número variable de horas, dependiendo de lo sucias que le hubiera dicho a Sylvester que estaban las ventanas. A veces Sylvester tenía que pagarle ocho horas de trabajo y un poco más por horas extra. En ocasiones, el limpiaventanas estaba allí cuando Sylvester salía para el trabajo y seguía estando allí cuando volvía a casa por la tarde. Pero éstos eran morralla, y Sarah pasó a su abogado, lo que tenía la ventaja de que éste no cobraba las minutas por los servicios prestados a la familia Sylvester Dillon, la cual constaba ya de tres miembros».
No quiero alargar mucho esta reseña, máxime cuando estamos hablando de un libro que, con un tamaño poco mayor al de un smartphone medio y apenas unas sesenta páginas, se adapta perfectamente al ritmo frenético de la sociedad actual. Así que, antes de cerrar la reseña con la conclusión, os dejo otro buen ejemplo de la literatura de la Highsmith, contenida en este libro:
«Sharon jamás se consideraría, y nunca se había considerado, una ñoña. Se consideraba sencillamente respetable. Su madre siempre le había dicho: «Sé pura en todo», y cuando Sharon alcanzó la adolescencia, su madre resaltó la importancia de llegar virgen al matrimonio. «¿Qué otra cosa puede ofrecer una mujer a un hombre?», era la pregunta retórica de su madre. Así lo hizo Sharon, y dio la casualidad, o puede que fuese un destino inevitable, de que su marido, Matthew, también llegó virgen al matrimonio. Cuando Sharon le conoció, Matthew era un estudiante de Derecho muy aplicado».
Por cierto, esta reseña podría parecer un sinsentido, ya que es un libro descatalogado y, por tanto, difícil de conseguir. Pero, dejando aparte que probablemente podáis encontrar ejemplares del mismo de segunda mano en Internet, lo cierto es que es un libro que nos puede abrir el apetito para leer la obra matriz, la «Pequeños cuentos misóginos», disponible en cualquier librería que se precie. Y, la verdad, dejando aparte el concepto misógino que promete el título (y que luego, a mi entender, no lo son, incluso podrían ser misoándricos en algunos casos, pero no voy a ser yo quien entre en esas disputas), se trata de pequeñas píldoras que podemos leer en pocos minutos cada una y nos describen vidas plausibles de personas normales en una sociedad que bien podría ser la nuestra. Para pasar un buen rato.
Ficha técnica:
Editorial: Alianza editorial
ISBN: 84-206-4647-4
Edición: Primera edición en la colección «Alianza cien»
Formato: Papel
Género: Relatos.
Traducción: Maribel de Juan